jueves, 13 de marzo de 2008

El Sótano

Bueno, os voy a contar una historia bastante alucinante que nos pasó viviendo en Suiza. A los peques les encantan las historias de miedo, se hacen los valientes, pero luego todos nos arrimamos y nos acurrucamos cerca de nuestros papás porque se nos ponen los pelos de punta, aún así, queremos oír las historias de miedo hasta el final. ¿Por qué será?



Resulta que en la casa dónde vivía con mis padres, los vecinos contaban que se ahorcó hace años un vecino y su mujer, vecina nuestra, decía que su espíritu andaba rondando los sótanos. Entonces éramos pequeños y cuando nos portábamos mal, mi madre amenazaba con castigarnos en el sótano (las madres de entonces, vaya ingenio), así que procurábamos portarnos bien.

Un día un vecinito valiente nos convenció para bajar a ese oscuro y misterioso sótano, para nosotros era una de las aventuras más grandes, aunque todos cagaditos de miedo, claro. Así que, bajamos.

Paso a paso bajamos los peldaños de aquella escalera de madera que sonaba con cada pisada, había telarañas por donde miraras. Creo que nadie bajaba hace años por esa historia espeluznante, así que, éramos los únicos valientes. Una vez abajo, nos adentramos hacia el fondo del sótano, era oscuro y alrededor se encontraban los trasteros, de madera antigua con mucha profundidad que no se veía nada en su interior. Nos imaginábamos que de un momento a otro saldría algún fantasma a pillarnos por los pelos, según íbamos pasando por delante.

De repente vimos una luz al final del pasillo y nos quedamos petrificados. Nadie se movía, nadie decía una palabra, sólo sé que en aquel momento me templaban las piernas como flanes. El vecinito valiente tomó la iniciativa de adelantarse y nosotros, como un rebaño de ovejas, le seguimos. Llegamos al final de pasillo y nos encontramos con una especie de sala redonda y en medio había una vela. ¿Quién había sido tan valiente como para entrar hasta aquí y encender una vela?

Huuuuuuuaaaaaa, nos susurró una voz detrás de nosotros y nos quedamos paralizados. No nos atrevíamos a mirar hacia atrás, todos cogidos de la mano, apretándonos los deditos cada vez más fuerte.
Queeeee haceeeeeeeeiiiis aquiiiiiiiiií pequeños monstruos…., dijo la voz. Nos dimos la vuelta con los ojos medio abiertos y ahí estaba……….

Era la vecina, la mujer del ahorcado que sólo quiso comprobar hasta que punto éramos valientes. Resulta que se inventaba esta historia para que los niños no jugaran en el sótano, bastante peligroso por cierto, por sus escaleras inclinadas y viejas. Digamos que fue una advertencia, pero esta vez, de poco le sirvió. A la semana siguiente bajamos a jugar al sótano, recordando esta historia.

Bueno, ¿qué os ha parecido?

10 comentarios:

Unknown dijo...

Muy buena la historia, de peque estudie en el colegio OSCUS de Madrid y tenían la historia de la mano negra para que no fuéramos al salón de actos a jugar.

Buenos recuerdos de la infancia.

Un beso.

GABI

Ana Garcia dijo...

jajajaja y seguro que colaba???
Me alegro volver a verte por aqui, Gabi.
Un besito

Aguabella dijo...

Fair Lady,una experiencia para recordar siempre, pero mira que tenia mala idea la mujer del ahorcado, eso pasaba antes mucho, se asustaba a los niños con cuentos de miedo, te imagino en ese momento con los demas jajaj,
y ahora te ASUSTARIAS TAMBIEN?

Caco dijo...

Nooooooooooo. Tú también nooooooooo. No me he atrevido, paso de pasar pánica (por encima de pánico). Luego los ruiditos,bla, bla... no. Te mando y vuelvo mañana. Pero no hables mucho con Aguabella, mira lo que pasa por hablar.

No me hagáis esto...

Eseya, Muñecas con historia dijo...

Me encanto la historia y me mori de la risa con el video de los borrachines!! jajajaja Genial!!

Besotes

Ana Garcia dijo...

¿Que si me asustaría? ya te digo, según iba haciéndome mayor no quería bajar al sótano, jajajajaja.
Me encantan los cuentos e historias de miedo, pero luego, antes de acostarme aún sigo mirando debajo de la cama.

Un besito Aguabella

Ana Garcia dijo...

Caco, corazón, te pensaba más valiente, jajajajaja
Bueno, tengo otra historia que te pone aún más los pelos de punta. Si es que Aguabella me inspira y me hace recordar viejas historias que ya incluso había olvidado, jejeje.

Un besito

Ana Garcia dijo...

Eseya, me alegro leerte de nuevo por aquí. Pues sí, menuda historia y el vídeo, genial, me partí de risa con el mono al final, jajajaja

Un besote

Morgenrot dijo...

Mein Gott! qué "talante" tenía la vecina, vaya historia para los niños...

Lo que me encanta es que la pillárais y se quedase sin cuento.

Un abrazo

Ana Garcia dijo...

Ya te digo Morgenrot, "eine Gänsehaut" se nos ponía cada vez que bajabamos a ese sótano. El sábado le conté la historia a mis hijas y se acurrucaban cada vez más a mi, al final todo risas.

Un abrazo