lunes, 27 de abril de 2009

"La rana que no sabía que estaba hervida"

Os quiero presentar un cuento de Olivier Clerc, escritor y filósofo suizo nacido en Ginebra en 1961, en el cual nos da una lección de sabiduría, interpretado en este caso por una ranita. El cuento “La rana que no sabía que estaba hervida…”, está tomado de su libro del mismo título y que incluye otras metáforas portadoras de conciencia, evolución y cambio, siempre como protagonistas los animales o la naturaleza para un mejor entendimiento de los más pequeños.

En este caso Clerc fue muy astuto pensando en los peques, con ellos aún estamos a tiempo de enseñarles a no cometer los mismos fallos que cometimos los adultos e incluso podemos recapacitar sobre nuestros propios errores y aprender nuevamente, porque rectificar es de sabios y quien tiene esa virtud, tiene la sabiduría :-)



La rana que no sabía que estaba hervida…

“Imaginen una cazuela llena de agua, en cuyo interior nada tranquilamente una rana. Se está calentando la cazuela a fuego lento. Al cabo de un rato el agua está tibia. A la rana, esto le parece bastante agradable, y sigue nadando.

La temperatura empieza a subir. Ahora el agua está caliente. Un poco más de lo que suele gustarle a la rana. Pero ella no se inquieta, y además el calor siempre le produce algo de fatiga y somnolencia.

Ahora el agua está caliente de verdad. A la rana empieza a parecerle desagradable. Lo malo es que se encuentra sin fuerzas, así que se limita a aguantar, a tratar de adaptarse y no hace nada más.

Así, la temperatura del agua sigue subiendo poco a poco, nunca de una manera acelerada, hasta el momento en que la rana acabe hervida y muera sin haber realizado el menor esfuerzo por salir de la cazuela.

Si la hubiéramos sumergido de golpe en una cazuela con el agua a 50 grados, de una sola zancada ella se habría puesto a salvo, saltando fuera del recipiente.”



Este cuento, rico en enseñanzas, refleja que un deterioro -si se produce lentamente- pasa inadvertido y la mayoría de las veces no mostramos reacción, ni oposición, ni rebeldía hacia acontecimientos destructores. Precisamente puesto que es lo que está ocurriendo realmente en muchos ámbitos, mejor reflexionar y rectificar, que ser hervidos, verdad... :-)


PD: Este cuento lo podéis adquirir en La Casa del Libro (aprox. 16€). Se ha traducido a varios idiomas.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

este cuento se usa en las empresas como método de motivación, si la rana entra en al agua hirviendo pega un salto y huye, si va el tema despacio muere

un beso

Unknown dijo...

muy inteligente esta entrada!!
para reflexionar.....
que deberíamos hacer en cada caso???
gracias por hacerme pensar...

besos y buena semana

Σɱ¥ dijo...

La canción de simply red,estupenda...y lo de la ranaaa...
pues que quieras que te digaaaa

Entresexos dijo...

Estas letras dan que pensar... sí, me gusta.
Un abrazo.
Fade.

Calvarian dijo...

Quieres decir que soy una pobre ranita calva que me estoy escladando poco a poco hast palmar...Ups boinggggg ya he saltado. Gracias por el aviso jejeje
Besix, bonita enseñanza

Susana Peiró dijo...

Buen touch, Fair!

Y excelente para un Lunes, cuando acechan tantas "cazuelas" a las ranitas urbanas!

Ahhhhhh, yo pienso dar pelea! Primero me tendrán que agarrar y después convencerme, porque adoro el agua fría!


Snif! Ya no sé si me gustan las ranas a la provenzal...


Besitozasos Divinaaaaaa!

Natacha dijo...

Está claro que hay que ser una rana lista... o te quemas el culo, jajaja.
Un beso, corazón
Natacha.

Liz Marin dijo...

jajaja natacha pienso lo mismo q tu mejor dicho imposible


besitossss

Unknown dijo...

Bueno Natacha tiene razón, acá pasamos con el culo quemao por culpa de los Sres. de gobierno.

Ana Garcia dijo...

Bienvenidas Angel Emy y Fade, siempre un honor contar con nuevos lectores. Me alegra que os guste, aquí siempre tendréis las puertas abiertas:)

Un beso a las dos y gracias.

Ana Garcia dijo...

A todos los demás, en efecto, o espabilamos o nos acoplamos como rebaño al pastor hasta acabar en el matadero. Pero como todo, la teórica es más fácil que la práctica y por muy buenos ingredientes que nos ofrezcan, si el cocinero es malo, realmente terminamos con el culo quemado!! ..por tanto, a veces es inevitable acabar como la rana.

A nivel personal de cada uno, depende si eres un emprendedor o un seguidor. Cada cual se propone unas metas a alcanzar partiendo de sus propias limitaciones, unos se conforman con quedarse al pie de la montaña, mientras otros quieren escalar la cima. Nadie mejor que tu mismo sabe hasta dónde quieres llegar:)

Gracias y un besazo a todos!

María Carballo dijo...

Hola Fair Lady,
Buenísimo el cuento de la Rana, interesante y deja mucho para pensar. Cuantas verdades!
te invito a visitar mis nuevos blogs:
http://www.recuerdodevenus.blogspot.com/
http://www.loscuentosdevenus.blogspot.com/
Besos, María.

Ana Garcia dijo...

También a tí María (Venus) te doy la bienvenida, me alegra que te guste, tus cuentos también aportan valores y reflexiones, muy interesantes tus blogs:-)

Un fuerte abrazo

Bowman dijo...

Sí tambien lo conocía de los libros de excelencia empresarial (de cuando trabajaba en consultoría) y de alguno de coaching.

Así se me ha quemado el culo muchas veces, ja, ja.

Küssen mein Schatz