lunes, 4 de mayo de 2009

La vasija agrietada

Os quería dejar este cuento de “La vasija agrietada”, bastante antiguo y seguramente conocido por todo el mundo, pero no por ello menos interesante. Su buena filosofía nos hace reflexionar y nos enseña a aceptarnos tal como somos, sobre todo sacar el lado positivo de nuestros fallos. Si todos fuéramos perfectos, este mundo sería aburrido :-)

 

“Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.


Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole:

Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.

El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente:

Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.

Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo del trayecto, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.

El aguador le dijo entonces:

¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Madre. Si no fueras exactamente como eres, incluidos tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.”





En cada uno de nosotros hay grietas, pero esas grietas también hacen que nuestra vida sea interesante y tenga sentido. Todos somos vasijas agrietadas, por ello debemos aceptarnos y aceptar cada cual tal es. Lo principal es encontrar lo positivo y aprovecharlo para obtener buenos resultados.

A todas las “vasijas agrietadas” os deseo un feliz día y gozad del aroma que desprenden las flores a vuestro lado del camino.




9 comentarios:

Natacha dijo...

¡Me encanta esta historia! Yo tengo muchas, muchas grietas, jaja. Por eso tengo tanta gente bonita cerca... jeje.
Un beso, corazón.
Natacha.

Unknown dijo...

Muy bonita esa historia, me la enviaron en pps y deja un buen mensaje. No se si tengo tantas grietas, pero igual he conocido a muchas personas honestas por este medio, como tu amiga.

Un besito Fair Lady.

Calvarian dijo...

Pues no conocía la historia superreportera. Yo soy el personaje más agrietado del mundo, por todos los sitios hay grietas. Y tb te confieso que hay muchas que no termino de aceptarlas. Pelín estúpido el calvo.
Besix

Unknown dijo...

hermosa historia y perfecta moraleja!!!!!!!!!!
ojalá pudiéramos ver de esta manera todas las grietas que tenemos..................
un abrazo, reina

Airblue dijo...

¿Grietas?.... ¡cicatrices y bien profundas! son parte de nosotros y hay que mostrarlas, no taparlas con el vendaje de la hipocresía.

Bonito relato que no conocía.

Un beso mi lady.

Susana Peiró dijo...

Me encantó "La Vasija Agrietada" y el mensaje, bien bueno para estas épocas!

Y estoy como Natacha, con muchas grietas y personas bellas cerca!!!!

Besazo mi almaaaa, que se me caen los ojitos de sueño a estas horas!!!!

Leznari dijo...

Que bonita Historia......creo que tengo bastantes grietas pero si esos defectos ayudan a otras personas a ser más felices y a mi también...encantada de tenerlas.
Besos preciosa tintorera;)
LEZ

Bowman dijo...

Me alegras el día, aunque yo no tengo grietas, al menos pequeñas (el Gran Cañón del Colorado, quizás sí), je, je.

Como dijo equel famoso modisto:
La grieta es bella(¿o era la arruga?)

Küssen

Ana Garcia dijo...

Me alegra que estéis todos llenos de grietas, ellas son las que riegan la semillita de este blog y me pueda alimentar de vuestro cariño, al igual que mis brechas seguirán abiertas para regaros con toda mi amistad, cariño y gratitud:)

Un fuerte abrazo y beso a todos

PD: Bowman, es la arruga es bella, pero bueno, esa la dejamos para dentro de unos cuantos años, vale, jajaja