Si por algo me gusta Vilagarcía es por su gente amable y dispuesta a ayudar en lo que haga falta. Otra peculiaridad de esta villa es que nadie se expresa en gallego, todo el mundo utiliza el castellano, aunque con acento gallego, pero castellano, curioso verdad.
Buscando ropa de cama para nuestro nuevo apartamento, estaba desesperada porque no encontraba lo que tenía en la cabeza, lo sé, soy algo rara, pero cuando se me mete algo en mente, no paro hasta dar con ello, no me gusta comprar por comprar, o lo encuentro o lo dejo por imposible. Pues bien, buscaba unos edredones algo especiales para las camas (2 camas de 105cm), después de volver loco a mi marido buscando tiendas, por fin dimos con una tienda de barrio de esas de toda la vida y allí estaba…. ¡¡en el escaparate estaba “mi edredón”!! Por fin mi marido respiró tranquilo, jajaja

Entramos en la tienda, había una anciana sentada y un señor leyendo. Nos atendió otra señora que resultó ser la dueña. Le dije que quería precisamente el edredón que tenía en el escaparate, pero si lo tuviese en color verde, mejor (ya sé que pido demasiado). La dueña dijo “que suerte tienes hija, precisamente me quedan dos en verde y para cama de 105cm”. ¡¡Señora, me acaba usted de alegrar el día!!”, exclamé. Después de ver los edredones y por supuesto quedármelos, la dueña comenzó, sin conocernos de nada, a charlar animadamente con nosotros. Nos contó parte de su vida y que la tienda existía desde hacía más de 70 años, fundada por su madre, que resultó ser la anciana sentada en la silla con 90 años!! Incluso el edificio en el que se encuentra la tienda está declarado de interés histórico, madre mía, todo un honor!! Me dispuse a pagar los edredones y tuvo un detalle lindísimo, nos regaló dos salva-platos con sus servilletas y me dijo “Porque no están vuestras hijas, si no, también les daba un detallito. Lo dejaremos para la próxima visita”. La señora sabía perfectamente que volvería a esa tienda encantadora, no por nada había sido mi “salvadora”, jajaja
Otra curiosidad de Vilagarcía es, que todo el mundo tiene perro. Sí, sí, es muy corriente ver la gente pasear con ellos, bien por el Paseo Marítimo, por las céntricas calles o incluso sentados en las terrazas, algunos hasta con su bebedero. En este caso la expresión “una vida de perros” está empleada en el buen sentido de la palabra, jajaja También decir que todo el mundo recoge “las sorpresitas” de sus mascotas, por lo tanto puedes caminar tranquilamente, no pisarás ninguna!!
El hecho de que Vilagarcía sea ciudad-amiga-perruna, hace que mi deseo de tener un compañero de cuatro patas sea cada vez más real, hasta mi marido se ha convencido de ello, no es precisamente un amante de los animales y menos tenerles en casa, pero estoy consiguiendo llevarle a mi terreno, de momento tenemos a nuestra cobayita Rosy como sabéis, buen comienzo, no? Por cierto, le he comprado una correa de paseo a Rosy, ante la falta de un perro, la sacaré a ella, jajaja
Buscando ropa de cama para nuestro nuevo apartamento, estaba desesperada porque no encontraba lo que tenía en la cabeza, lo sé, soy algo rara, pero cuando se me mete algo en mente, no paro hasta dar con ello, no me gusta comprar por comprar, o lo encuentro o lo dejo por imposible. Pues bien, buscaba unos edredones algo especiales para las camas (2 camas de 105cm), después de volver loco a mi marido buscando tiendas, por fin dimos con una tienda de barrio de esas de toda la vida y allí estaba…. ¡¡en el escaparate estaba “mi edredón”!! Por fin mi marido respiró tranquilo, jajaja

Entramos en la tienda, había una anciana sentada y un señor leyendo. Nos atendió otra señora que resultó ser la dueña. Le dije que quería precisamente el edredón que tenía en el escaparate, pero si lo tuviese en color verde, mejor (ya sé que pido demasiado). La dueña dijo “que suerte tienes hija, precisamente me quedan dos en verde y para cama de 105cm”. ¡¡Señora, me acaba usted de alegrar el día!!”, exclamé. Después de ver los edredones y por supuesto quedármelos, la dueña comenzó, sin conocernos de nada, a charlar animadamente con nosotros. Nos contó parte de su vida y que la tienda existía desde hacía más de 70 años, fundada por su madre, que resultó ser la anciana sentada en la silla con 90 años!! Incluso el edificio en el que se encuentra la tienda está declarado de interés histórico, madre mía, todo un honor!! Me dispuse a pagar los edredones y tuvo un detalle lindísimo, nos regaló dos salva-platos con sus servilletas y me dijo “Porque no están vuestras hijas, si no, también les daba un detallito. Lo dejaremos para la próxima visita”. La señora sabía perfectamente que volvería a esa tienda encantadora, no por nada había sido mi “salvadora”, jajaja
Otra curiosidad de Vilagarcía es, que todo el mundo tiene perro. Sí, sí, es muy corriente ver la gente pasear con ellos, bien por el Paseo Marítimo, por las céntricas calles o incluso sentados en las terrazas, algunos hasta con su bebedero. En este caso la expresión “una vida de perros” está empleada en el buen sentido de la palabra, jajaja También decir que todo el mundo recoge “las sorpresitas” de sus mascotas, por lo tanto puedes caminar tranquilamente, no pisarás ninguna!!

… los más insólito de estas vacaciones sigue siendo…. mis niñas…. Continuará.